Soy Lara, la persona al frente de Mundaya.
Cuando era pequeña, quise ser (entre otras cosas) bióloga marina. Al acercarse el momento de la Selectividad, pensé en ser filóloga; pero, mira tú por dónde, la vida tenía guardadas en la manga otras cosas para mí.
El diseño se cruzó en mi camino -¡en el mío!, que nunca había tenido especial interés por el dibujo o el color, por el punto o la línea-. Y, sin embargo, un buen día todo eso cambió. Tanto que soy diseñadora de interiores y estoy en proceso de ser diseñadora de producto.
A eso hay que sumarle un hecho nada menor: resulta que hace años mi abuela (Lela) me enseñó a manejar su máquina de coser, que yo manipulaba con temeridad y alevosía hasta que me cosí un dedo y se acabó lo que se daba. Ahí abandoné el gusanillo de la costura, hasta no hace demasiado, cuando volvió a picarme de nuevo y lo retomé con alegría, ilusión y muchas ganas.
Desde entonces, me he dedicado a cultivar el estilo Mundaya*.
¿En qué consiste? Pues en reivindicar lo sencillo, lo funcional y, por encima de todo, lo hecho a mano.
En Mundaya tienen cabida accesorios de lo más polivalente, como los bolsos tote y las bomboneras o las mochilas de tela. Pero también cosas bonitas que alegran la vista y el día a cualquiera: una lámina para enmarcar y colgar en la pared, una taza con un original motivo geométrico que te recuerde que a veces –y solo a veces- rayarse es hasta bueno.
Todo eso y más encontrarás en Mundaya.
Date una vuelta por la web y descubre a qué me refiero.
*P.D.: Por si te lo estabas preguntando, “Mundaya” es el título de una canción que sonaba mucho en uno de mis mejores veranos (y hasta aquí puedo leer). No es un temazo, ni tan siquiera es pasable; simplemente me trae muy buenos recuerdos y sensaciones de lo que debería significar un verano genial.