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No, en Mundaya no se hace Black Friday

Se acercan un montón de fechas importantes y desde el punto de vista de Mundaya algunas me parecen más importantes que otras. A ti también, seguro.

Por ejemplo, el dichoso Black Friday. No hago, no celebro, no, no, no. En Mundaya no se hace Black Friday.

¿Por qué?

Es una decisión que ya tomé el año pasado: ni Black Friday, ni Green Friday (otra manera de hacer lo mismo pero desde el punto de vista del consumo slow), ni Ciber Monday (que no entiendo por qué las marcas de productos no tecnológicos se suman a esto). Nada de nada.
Es verdad que otros años me he subido a ese carro pero ya no.
No, porque a lo largo del año se hacen diferentes promociones que sé que te gustan. Descuentos, envío gratis, etc. Pero sobre todo es porque no creo en ese tipo de consumo. Y cada vez creo menos.

Preparar pedidos en Taller Mundaya.
Preparar pedidos es una de las tareas que más me gusta hacer en Taller Mundaya. (Foto: Rayonubesol)

Internet a veces parece un entorno hostil, sin embargo, dentro de esa frialdad que es evidente que existe encuentro todavía algo de romanticismo. Creo que otro tipo de consumo es posible.
Si tú o yo no lo creyésemos, no tendría sentido mi trabajo. Hago productos para durar, para aguantar, atemporales, sin dejarme arrastrar por ninguna tendencia. Y lo hago así porque es el consumo en el que creo. Aquel en el que inviertes dinero y no lo gastas.


Una compra debería ser un proceso en el que pensemos y no que hagamos por impulso, por ser Black Friday o porque (ohmygod) está de moda.
Puedes necesitar un producto o querer un producto, sea como sea, piensa en ello antes de comprarlo. Si lo necesitas, piensa en cómo se ha hecho. Si es algo que quieres, además de  pensar en lo anterior, intenta que te resuelva varias cosas para intentar asegurarte de que no se va a quedar olvidado en un armario o cajón.
Compra con la cabeza y no sólo con el ansia viva por tener y tener.

Mundaya es una marca que trabaja día a día por ser más sostenible, hago lo que puedo con los medios que tengo. Busco proveedores cercanos, anteponiendo muchas veces esa cercanía al precio. Busco las relaciones humanas, el poder llamar cuando lo necesito, que haya alguien que pueda resolverme una duda, poder hablar con alguien de tú a tú. Intento pensar en esto como una cadena. Si yo le compro los hilos al vecino, él podrá seguir también con su empresa. Y consumirá y ayudará a otros a que sigan con sus empresas. O le dará trabajo a alguien.

Trabajando en Taller Mundaya.
Crear un producto no es cosa de un par de horas. (Foto: Rayonubesol)

Te decía antes que no sigo tendencias y es verdad. No se crean colecciones por temporada porque no creo que un bolso pase de moda TAN rápido, ¿tú sí? Y además, si trabajo con la máximo del “hecho para durar”, ¿para qué quiero que la próxima temporada lo dejes guardado en el armario? Al contrario, lo que a mí me gusta es ir por la calle y verte con tu Mundaya, feliz, sin pensar en que tienes que ir a unos grandes almacenes a comprarte un bolso que esté a la moda. No, no.

Aquí se cree en lo “slow”, como movimiento, sí. Pero también como filosofía de vida. Vive y sé feliz con lo que tengas, con lo que puedas. No hay camisa, jersey ni bolso fast fashion en el mundo que vaya a hacerte feliz si te paras a pensar bajo qué condiciones ha sido fabricado, en qué países y qué supone a largo plazo para ti, el entorno  y el planeta.

En Mundaya no se hace Black Friday y otro año más, te animo a que regales siempre local, a que salgas a las calles de tu ciudad y veas un poquito más allá. Regala con el corazón y consume con cabeza.
Piensa global, actúa local.

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