20 Nov Emprender, diciembre y otras vicisitudes
¡Hola! ¿Sabías que emprender es considerado por muchxs un viaje personal? ¿Tú has emprendido alguna vez? En un post sobre Las diez cosas que aprendí emprendiendo dejaba claro que es difícil y gratificante a partes iguales… Pero claro, ya lo decía Iván Ferreiro: el equilibrio es imposible. Es imposible porque hay momentos, días, semanas en los que lo único que piensas es en mandar todo a paseo. Otros en los que te crees la reina del mambo, todo te sale y oye, nadie hace el trabajo tan bien como tú. Y luego están también esas fases en las que no pasa nada. No avanzas, no retrocedes, trabajas sin parar, te cansas, cumples con lo tuyo, pero no pasa nada. ¿Y qué haces en esos casos? ¿Tienes algún arma secreta que puedas compartir? Porque en serio lo digo: me siento perdida en esas circunstancias.
Afortunadamente (afortunadísimamente) el último trimestre del año no es una temporada en la que no pase nada. La verdad es que… sólo pasan cosas, jaja. Que si te apuntas a un market, que si de repente sale otro que te va mejor por ubicación o te interesa más por x motivos…que si mandas papeleo, que si te tienes que hacer el seguro de responsabilidad civil, buscar billetes de tren, pensar mil maneras de optimizar el equipaje y así es cómo al final paso más tiempo delante del ordenador siendo, como diría La Platanera, mi propia secretaria. Y oye, mi trabajo es hacer bolsos.
Y en medio de todo este caos me veo participando en iniciativas fantásticas, como Mulleres Atlânticas. Se trata de una comunidad de emprendedoras de todos los sectores y de la que puedes hacerte miembro. Lo buenísimo de esto es que ponen a tu disposición un montón de herramientas que te pueden ser útiles en tu día a día. Y además, organizan una reunión mensual en la que les sueltas tu rollo, tus penas y alegrías. Te abres en canal y te dejas allí un pedacito de ti (bueno, esto es opcional). Es genial verte rodeada de otras que, como tú, pasan por las mismas situaciones o casi, y que son sin duda un apoyo.
Fotos hechas por mí misma en el último Café a Bordo, que tuvo lugar en Santiago.
Porque en los momentos buenos, malos y normales necesitas a alguien que te arrope y que lo haga ya no desde el cariño, si no desde la comprensión.
PD: Recuerda que si compras a lo largo de este mes de Noviembre entras en el sorteo de un maravilloso bolso de la colección MONOCHROME.
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